Millones de animales se crían en sistemas industriales de manera intensiva para el consumo humano. Muchos de estos animales malviven en condiciones de vida deplorables: hacinamiento, agrupaciones sociales artificiales, limitación del movimiento, dietas inadecuadas… Estas situaciones generan entornos no naturales para los animales que impactan de forma decisiva sobre sus condiciones de vida y suponen una agresión a sus derechos. La industria alimentaria y la industria peletera son las mayores responsables de la cría intensiva.
DE ANIMALES EN EL MUNDO SE SACRIFICAN PARA EL CONSUMO HUMANO
ANIMALES SON SACRIFICADOS CADA SEGUNDO
DE GRANO SON NECESARIOS PARA PRODUCIR LA CARNE QUE ALIMENTE A UNA PERSONA DURANTE UN AÑO
DE LA PESCA DE TODO EL MUNDO SE DESTINA A LA ALIMENTACIÓN DE GANADO
El sistema de cría intensiva también es una fuente importante de emisiones relacionada con el calentamiento de la Tierra que afecta a todos los seres vivos y es una de las industrias más responsables del desequilibrio de los recursos alimenticios del planeta.
El comercio de pieles supone la cría en cautividad y el sacrificio de más de 50 millones de animales. La vida de los animales que se crían en granjas para la posterior explotación de sus pieles se aleja diametralmente de lo que se podría considerar una vida digna.
Para hacer un sólo abrigo de un animal en concreto, se sacrifican unos 60 visones, 20 zorros, 8 lobos, 20 nutrias, 200 chinchillas, 20 linces, 8 perros y 30 gatos, además de muchos otros que caen en las trampas y no se utilizan, como ovejas, aves, gatos o perros.
El 70% de las pieles mundiales se producen en Europa (sobre todo en Finlandia, Dinamarca y Holanda). En España operan unas 70 explotaciones peleteras.
DE ANIMALES EN EL MUNDO SON UTILIZADOS PARA EXPERIMENTOS
PERSONAS EN EEUU MUEREN A CAUSA DE PRODUCTOS TESTADOS EN ANIMALES
FIESTAS POPULARES SE REALIZAN EN ESPAÑA CON ANIMALES
ANIMALES SON MALTRATADOS CADA AÑO DURANTE FIESTAS POPULARES
Investigadores de todo el mundo utilizan animales para probar infinidad de productos y desarrollar nuevas técnicas. Se trata de un uso extendido en productos de limpieza, cosméticos, aditivos alimentarios y farmacéuticos, así como en químicos industriales, agroquímicos, comida de mascotas, productos con alcohol y tabaco. Este uso de los animales sólo tiene en consideración el beneficio que obtendrán de la venta de sus productos sin tener en cuenta que son capaces de sentir dolor físico, miedo, depresiones y malestar psicológico.
Dentro de la experimentación animal existen distintas técnicas como la vivisección, que supone la disección en vivo de un animal.
Las especies más utilizadas en la experimentación son los gatos, perros, ratas, ratones, conejos, peces, aves, primates y animales de granja.
Las fiestas populares con animales son una de las tradiciones más recurrentes de muchas poblaciones españolas. Estas fiestas suelen estar promovidas por los ayuntamientos y suponen el maltrato y el sacrificio de más de 60.000 animales al año. Uno de los animales más amenazados son los toros. Además de ser utilizados en las corridas, muchos toros se someten a todo tipo de actividades de tortura que finalizan, en muchas ocasiones, en la muerte. Además, en el conjunto de España se celebran otros espectáculos en los que se tortura de forma pública a carneros, gallos, caballos o burros como principal atractivo. Sus partidarios utilizan el argumento de seguir tradiciones ancestrales para continuar con la práctica.
Los zoológicos son un recurso turístico para muchas de las principales ciudades de todo el mundo. Son espacios donde se muestra “en vivo” animales salvajes en situaciones de cautiverio, algo que menoscaba su capacidad de vivir naturalmente. Los animales de los zoológicos y circos viven encerrados en hábitats pequeños en condiciones físicas y sociales ajenas a su naturaleza y al margen de su comportamiento propio. El encierro y la obligación de realizar actividades antinaturales provoca en los animales situaciones de estrés, ansiedad y frustración.
En los delfinarios los delfines rara vez viven más de 20 años mientras que los que viven en estado salvaje pueden llegar hasta los 50. De la misma forma, las orcas hembra en cautividad no suelen llegar a los 20 años de vida, frente a los 90 que pueden llegar a alcanzar viviendo en libertad.